Eramos un grupo de amigas y pensamos
hacer una carroza para la romería, pero aquello fue una odisea con
los preparativos. Cuando pudimos encontrar la carreta e intentamos
ponerle encima un chozo, más bien parecía un molino de viento de
los de Don Quijote que el dichoso chozo de lo que nosotros tenemos en
nuestra tierra. Cuando terminamos no había sitio para nosotras, hubo
que desmontarla y reducir el chozo y ajustar macetas, y así por lo
menos asomar las cabezas. Todo esto es un recuerdo de lo más bonito
de mi juventud.
Fueron pasando unos años, y con el
tiempo ya hacíamos carrozas de flores con unos colores alegres, no
sé si lo pasábamos mejor en la Romería o reuniéndonos todas las
noches para hacer las flores de papel y los dibujos sobre la carroza.
Llegamos a montarlas tan bonitas que un año nos dieron el primer
premio de las Carrozas de la Romería. Fue pasando el tiempo nos
hicimos tan aficionados que ya mayores hasta hace unos años hemos
mantenido la costumbre.
para la carroza del molino de viento esmui original hole que ole
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