miércoles, 8 de mayo de 2013

Recordando el Pasado de Nuestro Pueblo


BODEGA DE PLÁCIDO HOLGADO VEGA DE PRADO DEL REY

La actividad de Plácido Holgado Vega como bodeguero no se sabe exactamente en qué fecha comenzó, pues antes de ir al servicio militar trabajó con su padre Francisco Holgado Fernández en una fábrica de calzado artesanal (zapatería) junto a varios operarios.

Terminado el servicio militar y después de ser rescatado junto a los pocos supervivientes del desastre anual, muerto su padre en 1921, durante su cautiverio, la zapatería se cerró encontrándose al licenciarse sin negocio y con escasos bienes.

Una pequeña bodeguita familiar en la calle Teniente Peñalver número 14 con unas cuentas botas fueron sus comienzos como bodeguero.

Sobre los años 30 instaló una fábrica de gaseosas y sifones con maquinaria muy rudimentaria movida a brazo, con gaseosas con tapón de cristal.

En el año 1933 plantó la viña en la Fuente, ya que anteriormente existía una viña muy vieja por encima de las fuentes de acá y de allá.

En los años 40 puso un despacho de vinos en la calle Sargento Mena número 1 donde su esposa Teresa Velázquez García vendía al por menor vinos y vinagres.

A principio de los 50 puso el despacho en Moreno de Mora número 1 donde instaló una fábrica de gaseosas y sifones más moderna produciéndose los únicos refrescos que se consumían en la localidad. Durante esta década amplió la Bodega de la calle Teniente Peñalver con las casas números 16 y 18, con nuevas vasijas y maquinarias.

Sobre el año 1960 vendió las bodegas a D. Rogelio Pérez de Ginés (Sevilla) reservándose una bodeguita y 20 bocoyes en la calle Cervantes para pisar las uvas de su viña.

En el año 1963 construye una nave en la calle Doctor González de Quevedo número 53, actual T.V.E donde instaló la bodega entrando las uvas directamente de la viña al lagar modernizando las instalaciones con una prensa horizontal y sucesivas ampliaciones.

Hasta su muerte en 1979 estuvo al frente del negocio ayudado por su hijo Francisco Holgado Velázquez y actualmente en la calle T.V.E números 39 y 40 sigue la tradición familiar al estar regentada la bodega por su nieta María Mercedes Holgado Escudero.

Escrito y fotografías cedidas por: Francisco Holgado Velázquez. (MUCHAS GRACIAS)




miércoles, 24 de abril de 2013

Anécdota de Paqui Barea


De pequeña me iba a jugar a la plaza, un día jugando a la “agachaita”, el juego consistía en correr una detrás de otra, entonces yo iba corriendo queriendo coger a una, esta se agacho y yo salí por encima y di con los dientes, con tan mala suerte que me partí dos dientes. Unos 7 años.



Cuando era pequeña un día quería irme al campo con mis hermanos a casa de unos tíos míos a coger aceitunas, con la mala suerte que me metí en un barrizal. Me quedé estancada que no me podía salir las botas se me cubrieron de barro, yo lloraba y mis hermanos se reían y no me querían sacar por que ellos no querían que me hubiera ido con ellos. Unos 10 años.



Me fui a casa de una señora una noche a dormir porque estaba sola. Era una noche de tormenta y agua, por la madrugada la cama se partió fue tan grande el susto que al levantarme me sentí mojada y al verme me sorprendí y vi que ya fui mujer. Tenía yo unos 12 años.


lunes, 15 de abril de 2013

Anécdotas de Carmen Escudero


Eramos un grupo de amigas y pensamos hacer una carroza para la romería, pero aquello fue una odisea con los preparativos. Cuando pudimos encontrar la carreta e intentamos ponerle encima un chozo, más bien parecía un molino de viento de los de Don Quijote que el dichoso chozo de lo que nosotros tenemos en nuestra tierra. Cuando terminamos no había sitio para nosotras, hubo que desmontarla y reducir el chozo y ajustar macetas, y así por lo menos asomar las cabezas. Todo esto es un recuerdo de lo más bonito de mi juventud.

Fueron pasando unos años, y con el tiempo ya hacíamos carrozas de flores con unos colores alegres, no sé si lo pasábamos mejor en la Romería o reuniéndonos todas las noches para hacer las flores de papel y los dibujos sobre la carroza. Llegamos a montarlas tan bonitas que un año nos dieron el primer premio de las Carrozas de la Romería. Fue pasando el tiempo nos hicimos tan aficionados que ya mayores hasta hace unos años hemos mantenido la costumbre.



miércoles, 10 de abril de 2013

Anécdotas de Juani Martin



En 1967 aproximadamente tenia uno 5 ó 6 años hicimos un obra de teatro mis primas y mi hermana. Yo tenía que hacer de pobre que pedía por las calle un limosna, entonces a mis primas le habían comprado un bollo a cada una y se lo pensaban comer  cuando terminara el teatro. Mi prima no quería que yo le diera al bollo un “bocao” porque sino luego no se lo podía comer ella y me dijo que como le pegara el “bocao”  me la ganaba yo.
Cuando me lo dieron todas no hice nada pero cuando llego mi prima Rosa según me lo dio le pegue un “bocao” bien grande que casi me comí medio bollo. Toda la gente se reía menos mi prima que cogió un cabreo.



Yo en los carnavales me disfrazaba todos los años, me ponía una semana antes el disfraz y salía a la calle disfrazada.

Me acuerdo que mi tía me dio una barra de labios que sabía a naftalina y me pintaba los labios. Me duraban los labios pintados una semana y no me los podía quitar. La maestra me reñía pero no me los podía quitar. Los zapatos que me ponía eran de la boda de mi abuela y me quedaban grande.


 












lunes, 8 de abril de 2013

Anécdota de Isabel Galvin


Cuando yo de mocita iba ha trabajar y en vez de trabajar labrando remolacha cogíamos y hacíamos el caballito en vez de ponernos a trabajar

Y otra vez cuando estaba mi hermano en la “mili” fue de permiso y jugando en una cama me hecho por alto y rompimos la cama. No sabíamos a donde meternos porque mi madre cuando la vio no sabe lo que se formo.


Cuando tenía unos 5 años me iba con mi tía y mi padre no le gustaba porque decía que iba ha quererla a ellos más que a ellos.


Cuando estaba en la escuela recuerdo que la maestra nos decía que llevara flores y las compañeras cuando me veían con las flores, me daban un manotazo y me las tiraba.



Anécdotas de María González


Un día en casa por una determinada circunstancia que no recuerdo, me perdí y me cuentan que yo me pique y me escondí detrás de una puerta todo el mundo buscándome y hasta que yo no me desperté no se dieron cuenta que estaba en casa. Yo tenía unos 7 años


Cuando yo tenía más o menos 9 años me dedique a coger colillas y cuando tuve unas pocas cogí el paquete vacío de un cuartero de tabaco, lo llene de cagajones secos y por encima le puse el tabaco de las colillas y lo puse en el camino. Espere a que alguien pasara y lo cogiera y cuando lo cogió un hombre yo me lo pasaba bomba. ¡Es que yo era una niña muy traviesa!


Yo estaba casi siempre con mis abuelos los días que pasaban la pareja de Guardia Civil, yo los esperaba por que me traían caramelos por eso me pasaba toda la mañana esperándolos.

miércoles, 3 de abril de 2013

Anécdotas de María González

 
En los tiempos de mocita yo era muy traviesa y mis padres no querían dejarme ir a Grazalema, pero yo los pude conquistar y me dejaron. Me lo pase muy bien, conocimos a chicos y a chicas en la feria de Grazalema y me hice esta foto como si yo fuera una “guiri” leyendo una revista. ¡Qué tiempos, yo tenía unos 14 años!

Recuerdo que cuando yo era pequeña guardaba a mis primos con una caña como si fueran pavos. A mi Abuelo se le caía la baba y se reía mucho, pero a los padres de los niños les caía fatal y yo me lo pasaba muy bien



También recuerdo que me subí en el Castillo y no me podía bajar, todos chillándome y me baje de barriga. Desde entonces no me he vuelto a subir. Yo tenía unos 8 años.



Cuando yo tenia 9 años y mi hermana Mercedes unos 10 nos fuimos a coger flores y nos encontramos unas preciosas. Eran azucenas que tenía el vecino para que comieran las abejas porque tenía muchas colmenas, cuando llegamos a casa mis padres nos la formaron y al rato llego el vecino y mis padres le dijeron que sus niñas no habían sido y no se dio cuenta que la casa olía muchísimo a azuzenas.




Anédota de Ana Ardila


     Días ante de mi Primera Comunión estábamos en el recreo del colegio del El Salvador, se terminó el recreo y la monja nos llamo para ponernos en fila para subir a clase, pero no me entere y con el silbato me llamaba. Cuando llegamos a la clase empezó el dictado como a mi no gustaba, me dijo ven, me preguntó una pregunta que yo no sabía y dijo abra la mano y me dio con la regla en las dos manos.

     Fue tanta la furia que me dio que Doña Luisa, me acuerdo que tenía un gorro como una escupidera de grande, me mando al rincón con dos libros en las manos como pesaban me canse y vino por detrás y me dio otra vez con la regla, mi reacción fue que le di una pata en la espinilla que el gorro se cayo al suelo, llamaron a mis padres y me echaron del colegio. 





 

Anécdota de Bárbara Ortiz

       Cuando era pequeña un día de verano me fui ha coger moras a los molares que había camino del Pilar sin decir nada,cuando mi madre se dio cuenta fue a buscarme y yo la vi a lo lejos, me dije por donde cojo pues venía muy enfadada.

       Entonces me fui hacia el Pilar y cogí por una trocha que yo nunca había estado por ese camino y la verdad con el calor que hacía y perdida con un miedo atroz, iba camino del cerro verdugo luego cogí otra vereda muy estrecha y fui a parar al camino del caracol, subí aquella cuesta tan retorcida que me parecía imposible. Cuando llegue arriba del todo vi el pueblo pues estaba cerca del cementerio llegue a mi casa tan asustada que mi madre me tubo que consolar .

      Después si tuve mi castigo, el que me impusieron y el miedo que pase nunca más me fui sin permiso. Una buena lección.

 

 

Anécdotas de Juan López

 
Esta foto esta hecha en San Fernando en el año 1971, en esta época estaba de encargado de una tienda de comestibles a medias con el señor que puso el negocio suyo, para que yo lo trabajara dándonos a los dos muy buen resultado. Ya como podéis comprobar en la fotografía hasta tenía jamón para comerme el que quisiera.
La verdad tengo buenos recuerdos de aquellos tiempos.



Este abuelo que tengo en mis brazos tiene hoy en día la friolera de 57 años y es hijo de un primo de mi madre.



Ángel Nieto era una caca a mi lado cuando yo me montaba en mi moto. ¡Qué edad me entran ganas de hasta llorar cuando la veo!



Bueno pues recuerdo una Velada del Carmen (fiesta local de Prado del Rey) que mi padre el pobre sin poder me dio 5 duros para que fuera a los toros, como te puedes imaginar pues me dirigí a las taquillas para sacar la entrada, cuando entonces la plaza de toros la hacían en la Alameda del municipio, que recuerdo la hacía Alfredo Barrera. Bueno pues yo con la moneda dando “saltitos” y la “jodía” moneda se me cayó al suelo en la tierra y por mucho que la busque no apareció. En aquellos tiempos recuerdo que mi hermano Pepe vendía las entradas en taquilla a Alfredo Barrera que era el dueño, mi hermano le diría a Alfredo lo que me había pasado y este me metió en la plaza.
Por primera vez vi los toros en la plaza, recuerdo que estaba el Cantito como una de las figuras y lo más gordo es que la Guardia Civil tuvo que matar al toro de un tiro porque los toreros no conseguían matar al toro.